viernes, 24 de abril de 2015

Vale la pena, siempre vale la pena luchar por las cosas que uno considera importantes, no hacerlo es renunciar a nuestra propia esencia, a dejar de ser lo que somos para convertirnos en nuestro peor enemigo, una sombra de nosotros mismos, un autómata que avanza sin avanzar, que crece sin hacerlo, creo que eso sería envejecer sin más. Los sueños son hermosos, nos recreamos en ellos en esa especie de limbo que les da brillo y perfección. Tierra de nadie. Los retomamos de vez en cuando, para evadirnos del ambiente pesimista y desolador que nos va envolviendo en los últimos años. En ocasiones se nos hace casi vital acariciarlos, adentrarnos en la materia abstracta e ideal que los conforman, para eso son si eso queremos que sean. Pero si deseamos alcanzarlos, si deseamos de verdad hacer que se cumplan, debemos transformarlos, dejar de idealizar e iniciar una lucha que nadie augura fácil, porque las cosas auténticamente importantes, nunca lo son. Eso nunca me ha asustado, no temo la dureza del camino, el temor real, el que puede llegar a ser descorazonador, es la recurrente idea que brota aquí y allá y que se hace necesario arrancar sin dudarlo un segundo, el temor real es siempre el de no llegar. Soy una persona optimista y soñadora, pero junto al optimismo pongo mi tesón, junto a mis sueños, el trabajo. Si algún día llego, nadie podrá negarme esas cualidades, no dudo que muchas otras sí, pero ¿quién quiere la perfección en el camino de los sueños?
        Quienes me conocen saben lo mucho que he trabajado y disfrutado de mi experiencia como escritora, editora, correctora, maquetadora, distribuidora… Ha sido un camino laborioso, enriquecedor, en el que he crecido, aprendido, conocido gente, añadido vivencias a mi sencilla biografía. No todo ha sido un camino de rosas, es difícil, las puertas no se abren solas, en ocasiones no se abren, hay quien no escucha, hay quien no puede. En el mundo de la cultura, la primera arma de lucha es la pasión, pasión por lo que haces, creer y luchar con pasión en ello. Ahí estoy, tengo la primera arma y mucho por aprender y recorrer, pero espero siempre avanzar, tratando de no desfallecer.
         En estos años, muchas personas me han ayudado, me han tendido la mano y han tratado de facilitarme las cosas, mi más sincero agradecimiento a todos. Trataré de no fallar a quienes han decidido dar respaldo a mi sueño y espero a su vez, hacerles "viajar" con mis historias, aunque sólo sea un poco. Espero que la emoción que me embarga mientras escribo, les alcance en algún momento, que la rabia, la risa, la pasión que empuja mi pluma, les empuje a pasar las páginas, anhelando llegar, como yo, al final del camino.


                                                                               CRISTINA TIRONI MATÉ

         










No hay comentarios:

Publicar un comentario