domingo, 28 de mayo de 2017

DESOLADOR

http://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/violaciones-populares_1144853.html

Vergüenza, miedo, rabia, horror, asco, repugnancia, desolación, destrucción…
Podríamos seguir, palabras que tratan de acercarse a lo que significa una violación, podríamos tratar de acercarnos a lo devastador que resulta para la víctima, para su futuro, para su salud mental, para poder dormir, descansar, soñar, amar… Aniquilación. Armas de guerra devastando el cuerpo y el alma de la mujer, destruyes al enemigo. ¿Somos el enemigo? Utilizando a jovencitas indefensas, hacen negocios multimillonarios. Esclavizando inocencias perdidas, lo peor de la sociedad, se siente poderoso. Crimen condenado, ni en la cárcel se perdona el crimen sexual, los agresores sexuales lo saben, venganza, la Ley del Talión, ojo por ojo… Tranquilos, las sociedades avanzan, se supone que avanzan, que mejoran los derechos humanos, que se garantiza la seguridad de las minorías, de los más débiles (qué vergüenza tener que utilizar esta expresión para mi género, cuando todos sabemos lo resistentes que somos) Se suponía que en el siglo XXI íbamos a dar el salto a una nueva Era, en la que la información, al alcance de las grandes masas, iba a generalizar el acceso a la Cultura, el siglo de la eliminación de barreras, el siglo en el que las grandes instituciones que velan por los derechos humanos iban a adquirir mayor relevancia y poder…
¡El Siglo de la Vergüenza! ¿Cómo soportar tanta mezquindad, hipocresía, crueldad, cinismo? ¿Qué nos está pasando? Miro a mi alrededor y me aterra el camino por el que avanzamos: Degradantes programas televisivos, elevada audiencia. Bullyng en las aulas, invasivo con las todopoderosas nuevas tecnologías, el círculo de la víctima calla. Sexismo degradante en la publicidad, las ventas del producto no bajan. Corrupción generalizada en la política, el pueblo acostumbrado, paga y calla. La guerra expulsa a civiles de sus países, son gaseados, los cuerpos de los niños aparecen en las playas, una exclamación, después, silencio. Cerramos fronteras, gentes amontonadas como ganado sin derechos. Silencio. Niñas estudiantes, apenas muchachas, secuestradas para uso sexual. Nos llevamos las manos a la cabeza, para volver a nuestros trabajos, olvido. Bebés y niños utilizados por redes de pederastas sin escrúpulos. Desamparo en la red. Universitarias acosadas. Silencio. Soldados acosadAs. Silencio. Violaciones en masa, anunciadas en la Red, exhibidas en la Red, mujer destruida desde todos los frentes, su peor pesadilla, eternizada en su memoria, publicitada en la Red en la que el Mal reina a sus anchas. Indefensión. Tantas noticias y realidades dan forma a esta tendencia creciente, que aterroriza la constatación de que el MAL anida en nosotros desde tiempos inmemoriales y sobrealimentado de inmundicia, se ha hinchado hasta reventar y salpicar a la sociedad en todas sus expresiones.
Ya me perdonareis, no entiendo nada, no comprendo que semejantes hechos estén sucediendo en nuestras democracias. ¿Democracia? ¿Es esto una democracia? ¿A quién defiende? Las niñas, muchachas y mujeres que han sido víctimas de cualquier tipo de acoso, forman parte de la mitad de la humanidad, esa mitad desvalorizada por los medios, pateada por algunos sectores, ninguneada por los poderes, insultada, humillada y destruida por una minoría que ha encontrado un balcón al mundo, un escaparate desde el que encuentran un público que les sigue y aplaude.
Y apuntando al detonador de este artículo, señores y señoras habitantes del Ayuntamiento de Valencia, Coalición formada por el PSOE, Compromís y València en Comú, ¡REACCIONEN, PRESÉNTENSE COMO ACUSACIÓN, ACTUEN más allá de sus luchas internas por el poder! El pueblo espera algo más, espera que sean PERSONAS, que tengan VERGÜENZA, que tengan CONCIENCIA y eviten que esta mancha se extienda, como lo están haciendo tantas manchas en nuestra vapuleada sociedad. ¿Van a permitir que nuevas víctimas surjan de esta inmundicia? La Democracia no es esto, no lo es.
Y aun me hago una pregunta más, tantas quedarán en el tintero… ¿Cuántas muchachas había en ese botellón multitudinario en el que se vendieron 25.000 entradas? Saben leer y pensar, son universitarias. ¿Dieron media vuelta al ver el panorama? ¿Les dieron la espalda a sus compañeros portadores de frases amenazadoras contra su integridad? ¿Protestaron en masa ante tamaña aberración? Los mensajes de esas camisetas no son chistes, son, como dice Joaquim Pérez, “apología de la violación”
Estudiantes, estudiantes de Grado, carreras de Medicina, de Derecho…
¡Desolador!


No hay comentarios:

Publicar un comentario