domingo, 21 de octubre de 2018

COME DEDOS

1er Domingo


     Josito estaba fascinado por la planta, tanto que no le quitaba ojo. Come dedos, le había dicho su madre al ver que le acercaba el dedo meñique. Se había asustado mucho, pero luego se había acercado un poco más. Sí que tenía unos hilillos como dientes afilados. Fue en aquel momento que sonó el timbre y oyó aquella voz alta y aguda como un pito, era la vecina sabelotodo, la que siempre le apretaba las mejillas para decirle que, eres un bicho guapetón
     Se le iluminaron los ojos y se le escapó una malévola sonrisa.
    Cuando la vecina salió a la terraza, Josito había puesto una cómoda tumbona junto a la planta. Ella, muy satisfecha, aceptó su invitación y se sentó. Josito quedó muy quieto esperando que pasara algo, pero su madre lo llamó. Corrió a ver qué quería pensando que no estaba nada bien interrumpir sus experimentos científicos. Al regresar a la terraza, quedó paralizado por la sorpresa: la vecina no estaba. Miró de reojo hacia las hojas y le pareció que se movían un poco; oyó una suave fricción y justo cuando acercaba su nariz a la planta come dedos, un eructo dio por terminado el menú del día. 



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